Perder la cara.
Una chicharra sonaba delante nuestro, mientras avanzábamos los tres pegados al borde derecho del claro.
El aire caliente ascendía del suelo, abrasador, mientras el sol caía a plomo sobre el campo. Sobre nuestras cabezas.
Todo se había iniciado hacía bastante.
La escuadra se replegó para avanzar por el flanco y rodear las posiciones donde adivinábamos al enemigo. Apenas iniciado el repliegue Perceval, en punta, dió la voz de alarma. Por lo visto habían intentado jugárnosla.
Una unidad enemiga esperaba agazapada nuestra llegada y otras se movian por detrás, en un intento de rodeo. Por fortuna la rápida reacción del punta evitaron pérdidas y nos dió tiempo para tomar posiciones. No era un ataque sino una emboscada.
El enemigo se había dividido y eso nos permitía tener, por el momento, cierta ventaja numérica.
El resto se desarrolló organizándonos en defensa de posiciones mediante escaramuzas y acciones de caza de las unidades enemigas que rondaban la zona, por lo general solas.
Ahora todo estaba muerto.
Una vez peinada la zona donde se habían desarrollado las primeras acciones nos dirigíamos hacía un terreno que no habíamos peinado antes, una zona de claros con sotobosque donde el sol deslumbraba.
Estimábamos las fuerzas enemigas en dos unidades, las cuales al parecer habian decidido esperarnos.
Nuestra escuadra estaba compuesta por tres ya que en la última acción de caza Ezogul había caido. Abría en punta Dirty Dani, seguido por mí cubriendo las tres y en retaguardia Greywolf, vigilando las nueve.
Todo se precipitó. El ataque nos llegó desde la derecha, pasada una encina tupida de buen tamaño, de las muchas que poblaban la zona.
Los primeros disparos cayeron sobre el punta que, rehaciéndose, pudo devolver algún disparo antes de caer eliminado. Acto seguido localicé al agresor tras el arbol, situación que de buen seguro no veía Grey por su posición retrasada.
Empecé a disparar sobre el atacante pero la cobertura del enemigo era buena y apenas le veía a pesar de estar él de pié.
Entonces ocurrió. Como respuesta a mis disparos se volvió en actitud de retroceso perdiéndome la cara y dejando de encañonarnos. Acto seguido me moví rápidamente alrededor del arbol, hacia mi derecha, disparando y trazando un arco que me distanciase del enemigo y a la vez me abriese el ángulo de disparo para poder abatirlo.
A pesar de la sorpresa, ser diestro y disparar hacia un lado dificil de moverse y apuntar a la vez, pude eliminar al agresor porque me perdió la cara y me dió alas para realizar esa maniobra antes de que se rehaciese en una posición anterior a la de la eliminación de nuestro punta.
Creo que con su cobertura y ángulo de ataque, si hubiese esperado unos instantes más, nos hubiese cazado al menos al punta y a mi.
Pero si por lo menos hubiese mantenido su fuego después de eliminar al punta, sin perderme la cara, me habría visto obligado a retroceder y buscar cobertura sin poder atacarle y podría haberse retirado al amparo del sotobosque que tenía a sus espaldas.
Ataque inicial
Posición final
El aire caliente ascendía del suelo, abrasador, mientras el sol caía a plomo sobre el campo. Sobre nuestras cabezas.
Todo se había iniciado hacía bastante.
La escuadra se replegó para avanzar por el flanco y rodear las posiciones donde adivinábamos al enemigo. Apenas iniciado el repliegue Perceval, en punta, dió la voz de alarma. Por lo visto habían intentado jugárnosla.
Una unidad enemiga esperaba agazapada nuestra llegada y otras se movian por detrás, en un intento de rodeo. Por fortuna la rápida reacción del punta evitaron pérdidas y nos dió tiempo para tomar posiciones. No era un ataque sino una emboscada.
El enemigo se había dividido y eso nos permitía tener, por el momento, cierta ventaja numérica.
El resto se desarrolló organizándonos en defensa de posiciones mediante escaramuzas y acciones de caza de las unidades enemigas que rondaban la zona, por lo general solas.
Ahora todo estaba muerto.
Una vez peinada la zona donde se habían desarrollado las primeras acciones nos dirigíamos hacía un terreno que no habíamos peinado antes, una zona de claros con sotobosque donde el sol deslumbraba.
Estimábamos las fuerzas enemigas en dos unidades, las cuales al parecer habian decidido esperarnos.
Nuestra escuadra estaba compuesta por tres ya que en la última acción de caza Ezogul había caido. Abría en punta Dirty Dani, seguido por mí cubriendo las tres y en retaguardia Greywolf, vigilando las nueve.
Todo se precipitó. El ataque nos llegó desde la derecha, pasada una encina tupida de buen tamaño, de las muchas que poblaban la zona.
Los primeros disparos cayeron sobre el punta que, rehaciéndose, pudo devolver algún disparo antes de caer eliminado. Acto seguido localicé al agresor tras el arbol, situación que de buen seguro no veía Grey por su posición retrasada.
Empecé a disparar sobre el atacante pero la cobertura del enemigo era buena y apenas le veía a pesar de estar él de pié.
Entonces ocurrió. Como respuesta a mis disparos se volvió en actitud de retroceso perdiéndome la cara y dejando de encañonarnos. Acto seguido me moví rápidamente alrededor del arbol, hacia mi derecha, disparando y trazando un arco que me distanciase del enemigo y a la vez me abriese el ángulo de disparo para poder abatirlo.
A pesar de la sorpresa, ser diestro y disparar hacia un lado dificil de moverse y apuntar a la vez, pude eliminar al agresor porque me perdió la cara y me dió alas para realizar esa maniobra antes de que se rehaciese en una posición anterior a la de la eliminación de nuestro punta.
Creo que con su cobertura y ángulo de ataque, si hubiese esperado unos instantes más, nos hubiese cazado al menos al punta y a mi.
Pero si por lo menos hubiese mantenido su fuego después de eliminar al punta, sin perderme la cara, me habría visto obligado a retroceder y buscar cobertura sin poder atacarle y podría haberse retirado al amparo del sotobosque que tenía a sus espaldas.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home