Desde las trincheras, con las bolas silbando.

Camina despacio. Intenta no hacer ruido. Párate y escucha. Quizá no estés solo y tras esas malezas esté lo que andas buscando. Se frio, permanece atento. No te distraigas o podría salirte caro. Ahora lo has visto. Es descuidado y se mueve. Muevete por su flanco, hacia él, despacio, sin perderle. Cuando cometa el siguiente fallo estarás allí para recordárselo.

viernes, noviembre 24, 2006

Luces y acción.

Tan solo era capaz de escuchar su respiración mientras mantenía fija la mirada en la densa negrura donde unos momentos antes había brillado algo. En medio de la oscuridad no puedes tomar referencias y las distancias se vuelven relativas.
Ahora las veía; las ténues luces relucian a pequeños intervalos, lejos, entre la densa arboleda, apareciendo y desapareciendo por los huecos que los árboles y maleza dejaban.

El silencio caía como un manto sobre el bosque. Delante suyo intuía a su compañero, aunque no le escuchase ni pudiese verlo, y delante de él debían estar los otros dos miembros del grupo, agazapados, en silencio, allí donde se congelaron todos cuando toparon con las luces.
Pero todo había empezado mucho antes...

Todas las tropas estaban allí con un único objetivo; rescatar a varios rehenes que la guerrilla mantenía secuestrados en su campamento. La zona de acción englobaba multitud de caminos, senderos, algunas construcciones y mucho bosque denso en un área de dos kilómetros cuadrados.
Varios grupos operaban en diversas tareas que comprendian reconocimientos del área donde se encontraba el campamento de la guerrilla, toma de datos sobre sus fuerzas ó toma de prisioneros para su posterior interrogatorio, en las que estaban involucrados varios equipos de acción y binomios de francotiradores.

Pero ahora se encontraba en mitad de un espeso bosque, en una loche sin luna, parado en un sendero de bestias embarrado y bajo un inmenso manto de estrellas apenas visibles entre los claros que dejaban las copas de los árboles.

Inteligencia les había informado que uno de los rehenes creía poder escaparse del campamento de la guerrilla y pretendía llevarlo a cabo en un breve espacio de tiempo.
Por eso estaban allí, en mitad de ese bosque.
La misión era clara; debían entrar en la zona controlada por la guerrilla y tomar posiciones cercanas a su campamento para recepcionar al rehen y extraerlo de manera sigilosa. En ningún caso deberían exponerse y dejarse ver por los guerrilleros. En caso de que el rehen fuera descubierto tendrían las manos atadas para reaccionar, tan solo serían meros espectadores, por lo que gran parte del éxito de la misión estaba en manos del rehen.

El transporte les había dejado derca de su actual posición, apenas a unas decenas de metros más allá, en el borde de un amplio claro desde el cual habían tomado el sendero donde se encontraban ahora. Nada más bajar del vehículo consultaron el mapa y la brújula, decidieron una dirección y buscaron un camino abandonando el claro iluminado por el pálido brillo de las estrellas, adentrándose en el profundo y oscuro bosque.

Asi que allí estaban; nada más toparse con las luces la columna se paró en seco y todos se echaron al suelo, observando, esperando. Debían estar a unos ciuncuenta o más metros y eran dos linternas moviéndose de un lado para otro, de forma errática, de acá para allá, como buscando algo sin una dirección determinada. Por este motivo, y porque se encontraban en un área a priori controlada por la guerrilla, debía de tratarse de una patrulla enemiga, cuya existencia en el área había sido anunciada por inteligencia.
La principal opción era aguardar que la patrulla se alejase y esperar acontecimientos ya que no podían tomar la iniciativa y arriesgarse a ser descubiertos.

Ahora podía notar el frío en su cara. Llevaban parados bastante tiempo aunque, en mitad de la oscuridad, esperando, resulta dificil cuantificar cuanto. El suficiente para que el húmedo relente de la noche se posase sobre los hombres que componían la columna.
Entonces las luces empezaron a moverse con el mismo patrón de comportamiento pero en su dirección, acercándose lentamente.
Poco a poco las luces se hacían cada vez más nítidas entre el denso follaje, iluminando aquí y allá, mientras se encaminaban hacia el comando agazapado. Cada vez se podían ver más cercanas las linternas entre los árboles hasta que la distancia se redujo demasiado y una voz surgió de la oscuridad del sendero:
-Comando 1: - "¿Quien va?"-
-Luces, tras un momento de sorpresa: -"¿Quien va?"-
-Comando 1: -"Quienes sois o disparamos."-
-Luces: -"Somos S.A.S."-
-Comando 1: -"Identificaros."-
-Luces: -"Somos Rojo Tres, llevamos perdidos dos horas en este bosque y no podemos contactar con la base."-
-Rumores entre los comandos: -"No jodas"-"Menuda mierda"-.....
-Comando 1: -"No os movais, vamos a pedir confirmación a base."-
-Luces: -"Somos Rojo Tres, un binomio de francotiradores, yo soy Manuel."-
-Comando 2: -"Coño, ese me suena. Acercate a la luz que te vea.....joder, son de los nuestros..."-


Operación Red Scorpion II.
D.O.G.S.


NOTA: el diálogo aquí reflejado es un resumen y puede que no se ajuste totalmente a la realidad porque no recuerdo muy en detalle el mismo, pero creo que refleja bastante bien el desenlace de esta heróica gesta bélica.

Dedicado a los participantes de esta partida milsim y, muy en especial, a mis compañeros de guardia nocturna, incluyendo al chupacabras, el sanbernardo de los basquerville, al violador de camioneros y a los muflones bravidos que pueblan la noche galega. Con vosotros donde querais.

El saco de anécdotas y risas compartidas que me llevo es grande y valioso; el preciado eldorado que todo buen airsoftero busca.